Aunque el otoño ya esté aquí, podemos seguir disfrutando del soleado tiempo durante unos días más, verdad? Además, los recuerdos del verano también nos ayudan a que la transición hacia el invierno sea más llevadera.
Como decía el zorro al Principito (Antoine de Saint-Exupéry):
“No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos.” ❤
Hoy os dejo una receta que he hecho varias veces este verano y que me ha ayudado a no perder mucho tiempo en la cocina. Una de esas veces la he preparado para compartirla con una persona muy especial.
4 patatas grandes hervidas con piel o al vapor (con ambas cocciones está deliciosa)
2 tomates
16 aceitunas (cantidad optativa)
1 ramillete de basílico
1 pizca de sal
1 pizca de cúrcuma
1 pizca de pimienta negra
1 chorrito de aceite de oliva
Se pelan y cortan las patatas y los tomates a trocitos. Se ponen en un bol, se añaden las aceitunas, el basílico cortado a trocitos o entero (según gusto) y se aliña (con la sal, la pimienta negra, la cúrcuma y el aceite de oliva). Lo removemos todo bien y listo!
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