Parece que por estas tierras ya está llegando el verano. Normalmente, en los días casi estivales nos apetece algo bien fresquito pero que sea sano a la par que rico. Por eso los polos que os dejo hoy están hechos con fruta licuada, son ideales por su colorido y sabor atractivos pero, sobre todo, son ideales para los niños y no tan niños reacios a la fruta. Además, no llevan nada de azúcar, por lo que no añadiremos calorias vacías a nuestro cuerpo.
Estos polos son los de toda la vida y que muchos, por comodidad, hemos dejado de hacer en nuestras casas. En la mía se han hecho desde siempre, pues mi abuela siempre nos hacía partícipes de la preparación de sus recetas y, gracias a ella, aún hoy podemos disfrutar de estos ricos postres. ¡Incluso la limonada y el café granizado eran caseros! Y no olvidéis hacerlos con los niños, les encantará aportar su granito de arena.
Os dejo un link de los helados y granizados que tenemos en el blog por si os entran ganas de algo fresquito (clicad aquí).
Estos polos son los de toda la vida y que muchos, por comodidad, hemos dejado de hacer en nuestras casas. En la mía se han hecho desde siempre, pues mi abuela siempre nos hacía partícipes de la preparación de sus recetas y, gracias a ella, aún hoy podemos disfrutar de estos ricos postres. ¡Incluso la limonada y el café granizado eran caseros! Y no olvidéis hacerlos con los niños, les encantará aportar su granito de arena.
Os dejo un link de los helados y granizados que tenemos en el blog por si os entran ganas de algo fresquito (clicad aquí).
¡Hoy os presentamos un post corto pero muy rico!
INGREDIENTES (6 POLOS SEGÚN MOLDE):
3 naranjas peladas
10 fresas limpias
Con la licuadora obtenemos el jugo de las fresas y vamos rellenando nuestros moldes. Ahora, hacemos lo mismo con las naranjas e incorporamos su licuado. Cerramos los moldes y los dejamos unas 3-4 horas como mínimo en el congelador.
*Si no tenéis moldes bastarán unos vasitos o cuencos pequeños de vidrio, un poco de film y unos palillos de madera o bambú. Cerramos los vasitos con el film bien estirado y sobre él clavamos el palillo (no hace falta que los clavemos hasta el fondo del vaso). La sujeción será perfecta, pues al congelarse se mantendrá bien tiesos!
Lo bueno es que podéis hacer vuestros polos de los sabores que más os gusten y sin nada de azúcar. Aquí os dejamos un sabor clásico, pero hemos experimentados con otros sabores y siempre quedan muy buenos.
A la hora de consumirlos bastará con remojar el molde con un poco de agua caliente, girar y estirar.
¡A los ricos polos fresquitos sin azúcar y coloreados!
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