Tanto en la vida como en la cocina es muy importante no aburrirse. Nosotros solemos cambiar mucho de menú, eligiendo siempre alimentos de temporada y haciendo uso de la imaginacion propia o de la prestada. Hoy os dejamos una receta que se nos ocurrió un día y que llenó nuestros estómagos de energía y felicidad.
Qué importante es tener una actitud activa, verdad? Pero no solo en la cocina sino también en la vida! Esta actitud proactiva va a hacer que disfrutemos de cada minuto de nuestro tiempo y que el aburrimiento nunca aparezca. Desde aquí os deseamos que nunca os aburráis, pues como dijo Virgilio:
*"Sed fugit interea fugit irreparabile tempus [...]"(Geórgicas, III,284-285)
*("Pero huye entre tanto, huye irreparable el tiempo [...]").
INGREDIENTES (2 PERSONAS):
2 huevos
1 pizca de sal
1 pizca de pimentón dulce
1 chorrito de aceite de oliva vírgen
1 manojo de acelgas limpias y cortadas a trocitos
5 ajos cortados a láminas
1 pizca de pimienta negra
1 pizca de cúrcuma
1 tacita pequeña de agua
1 chorrito de vinagre
En una sartén con un poco de aceite se sofríen los ajo. Añadimos las acelgas limpias y el agua. Salpimentamos, añadimos la cúrcuma y esperamos hasta que se reduzcan un poco. Ponemos la tapa y dejamos que vayan cocinándose a fuego lento unos 5-8 minutos.
En un cazo añadimos el agua con vinagre (nos permitirá que la clara del huevo quede bien pegada a la yema), una vez caliente (que no hirviendo) colocamos el huevo y lo dejamos unos 3-4 minutos cocerse (como máximo).
Ahora, pasamos a emplatar: como base colocamos las acelgas (nosotros utilizamos un aro de cocina para colocarlo mejor, pero no es necesario); incorporamos el huevo con cuidado; salpimentamos y decoramos con un poquito de pimentón dulce.
¡Rápido y muy rico! ❤
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