jueves, 11 de junio de 2015

Conservas de col lombarda y remolacha (alimento probiótico).

Hoy os dejo una receta de conservas muy especial y sabrosa. La encontré en este blog y me pareció ideal para gastar unas remolachas un poco arrugaditas que tenía en la cocina. 

Lo mejor de esta receta es que, al ser una conservar, la podéis consumir cuando queráis  y, además, aprovechamos no sólo las remolachas, sino la col o el repollo morado (col lombarda) que tengáis por casa. Como ya sabéis, la col fermentada es un probiótico natural, que mejora la flora intestinal, entre otros de sus múltiples beneficios.

Esta receta es como la receta de la chucrut, fácil de realizar y con cierto gusto alimonado y picante gracias al jengibre. Y, tomándola como receta base, podéis hacerlo incluso con otras verduras (zanahoria, pepino, col china, etc...). Ideal para regalar, verdad?

Espero que os guste y la pongáis en práctica muy pronto. 


INGREDIENTES (UN TARRO DE 500ML ):
1/2 col lombarda o repollo morado
2-3 hojas de col sin rallar
3 remolachas medianas bien lavadas
2 trocitos de jengibre (al gusto, aunque mejor poner menos que más si no estamos seguro que nos va a gustar muy picante)
1 cucharadita de sal marina no refinada ni tratada

*El tarro y las cantitades son aproximativas, ya que dependerá del peso de la col y las remolachas.

Se cortan finamente o se rallan las verduras. El jengibre también lo rallamos. Lo ponemos todo en un bol que sea bastante grande y profundo, añadimos la sal y pasamos a remover muy bien los ingredientes. Los removeremos unos 5-6 minutos, para que suelten el líquido.

Una vez haya soltado un poco de líquido, lo traspasamos todo a un bote de vidrio que tenga la boca ancha (así será más fácil trabajarlo). Lo vamos colocando todo poco a poco y vamos apretando con fuerza la mezcla (podéis ayudaros de una cuchara; del utensilio usado para machacar los ingredientes en el mortero -llamado mano-; o con las manos mismas). Debe quedar muy compacto para que pueda ir soltando líquido y quede la mezcla bien cubierta.

Si vemos que el caldo no cubre del todo la mezcla, podemos añadir más agua filtrada con sal (1 cucharadita de sal por vaso de agua).

El bote no debe estar lleno hasta arriba, ya que con la fermentación el líquido puede salirse. Mejor le dejamos un dedo o dedo y medio para que tenga el suficiente espacio. Por último, lo cubrimos con alguna de las hojas externas de col, de las que no hemos utilizado, para que hagan de aislante y apretamos bien. Tapamos el tarro y lo dejamos en un lugar al que no le dé la luz y esté a temperatura ambiente.

Al cabo de una semana nuestra conserva estará lista para comer. Ahora ya podemos conservar el tarro en el frigorífico hasta máximo unos 6-7 meses.*Recordad, hay que seguir unas normas de higiene a la hora de manipular alimentos y hacer las conservas. Os dejo un link recordatorio (clicad aquí).

Os dejo un vídeo ilustrativo por si tenéis dudas (clicad aquí).

¡Receta ideal para nuestro cuerpo  y nuestro bolsillo!

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